El amor en los tiempos de Tinder
Hace unos meses me encontré con un amigo, no muy cercano debo reconocer, pero cuando nos hicimos las preguntas obligatorias de ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido? Me empezó a contar que había conocido a alguien.. Obviamente seguido de más preguntas obligatorias de ¿Cómo se llama? ¿Dónde la conociste? Y bueno es aquí donde comienza todo…
-La conocí en Tinder, responde mi amigo. Me cuenta la historia; la vio y se le hizo fácil deslizar su dedo a la derecha para indicar que le gustaba, inmediatamente le aparece una notificación donde le avisa el «match» logrado con la niña guapísima a la que le había dado like hace unos momentos… Lo demás es historia, se agregaron a todas las redes sociales que existen, se conocieron y pues ahora tienen una relación basada en el amor y la confianza… (Baaaah!!!).
Después de haber conocido la historia de mi amigo, por razones lógicas (rompimiento de una relación de años, soledad, depresión y la constante necesidad de que te digan lo bonita que eres) descargue la app y me puse a investigar como funcionaba… Di el primer like, hice el primer «match» y en cuestión de días ya tenia un número considerable de mensajes de vez en cuando platicaba con uno que otro güey, nada emocionante para ser sincera…
Pasó bastante tiempo antes de que decidiera conocer a alguien (o de que se me quitara el miedo, ya saben, nunca falta el psyco) en fin quede de verme con un chico regiomontano en un lugar público y cercano a casa (por si las flies) le avise a mi mejor amiga y la mantenía informada todo el tiempo sobre mi ubicación y como iba el date, todo salió muy bien, tomamos un café, tuvimos una platica bastante interesante y caminamos por un parque, al final me fui a casa con una buena experiencia, pero hasta ahí, no planeaba mi vida a lado de este hombre que conocía de Tinder, lo vi un par de veces más y fue todo.
Después otro chico me invita a salir pero por cuestiones de agenda y otras cosas no fui a la cita, me escribe un sábado después de uno o dos meses, invitándome a tomar algo, me dice que le mande mi ubicación y pasa por mi, termino aceptando y llega en cuestión de minutos… Se baja de una moto un hombre alto y no les voy a mentir, bastante guapo… Me quede boquiabierta, de verdad, trate obviamente de disimularlo y comportarme normal; platicamos unos minutos antes de irnos, me pone un casco y emprendemos camino, llegamos a nuestro destino y me pregunta -¿Fumas? Y le respondo que si -¿Fumas marihuana también? (me quedo pensando en si será buena idea, ya que es un güey que ni conozco, pero mi instinto me dice «chingue su puta madre») Le digo que si; Fumamos un poco y comenzamos con la platica estúpida pero súper interesante en ese momento, terminamos en un starbucks para satisfacer el munchies y refrescar un poco la boca, al final del día me regresa a casa y nos despedimos.
La verdad después de este date pienso -ojala sea él con quien se repita la historia de mi amigo. Además de que las siguientes semanas nos vimos en varias ocasiones, pasamos un fin de semana juntos, todo pintaba de maravilla… Hasta que nos agregamos a fb y me meto al respectivo perfil para hacer la respectiva investigación que todos hacemos y ¡PUM! Como un golpe de la power ranger rosa en la cara… Descubro que tiene novia o al menos la niña tiene tapizado su perfil con fotos de ellos juntos, se me hace raro que él no tenga ni una sola foto con esta niña pero pues no creo que la ex novia aún tenga la foto de perfil, no´más para ver si regresan… De cualquier forma sólo me queda pensar si realmente tengo algo que reclamar o si debería preguntar o ya sólo alejarme de eso. No les niego que si me ilusionaba un poco, pero al final de cuentas mi unico consuelo es decirme… -Güey, lo conociste en Tinder, ¿Qué esperabas?
Y pues ahora estoy como al principio.. Sola, triste y sin ilusiones.. Jaja no la verdad es que fueron experiencias diferentes y no voy a mentirles me la pase bastante bien, pero me pongo a pensar que, entonces, ¿Cuál es la manera correcta de conocer o de salir con alguien en serio?, porque Tinder definitivamente no es la opción.
ESCRITO POR GRACE CABALLERO